Conocí a Zhenia a finales de 2016 cuando llegué a Kiev y me inscribí en un gimnasio que quedaba cerca de mi casa.
Mi primera impresión fue que era un tipo "bonachón" al cual todo el mundo quería, y no me equivoqué.
Además era un atleta impresionante con una fuerza sobre humana, verlo lavantar 300 kilos lo hacía parecer muy sencillo.
Dado que cuado llegué a Ucrania apenas hablaba un poco de ruso, no podíamos conversar mucho, pero siempre que llegaba al gimnasio me recibía con un apretón de manos y una sonrisa. Nos vimos de manera constante cada semana durante cuatro años.
Zhenia encontró el amor en el gimnasio y en 2019 se casó con Anastasia, que tambíen era entrenadora personal en el mismo gimansio, siempre pensé que hacían la pareja perfecta, y no puedo negar que sentía una envidia sana por ellos, que mejor que encontar a tu media naranja haciendo lo que más te gusta.
Cuando el gimnasio cerró perdímos contacto hasta que hace poco, que nos econtramos en Instagram y comenzamos a conversar, cuando ví sus fotos con uniforme militar entendí se había unido al ejército. Me comentó que estuvo en entrenamientos y en algunas batallas pero la última vez que conversamos me dijo que estaba en casa con su esposa y su pequeña hija.
Hoy al despertar ví la notcia de que había muerto peleando en el sur de Ucrania, donde había sido destinado hace poco y auque no éramos amigos muy cercanos sentí mucho dolor e impotencia, además de mucha pena no sólo porque una pequeña niña perdió a su padre sino porque Anastasia perdió a un gran hombre, y al amor de su vida.
Así como Zhenia, cada día mueren muchos hombres y mujeres en Ucrania defendiendo su libertad y la de todos los que vivimos en este hermoso y pacífico país, ante un enemigo despiadado y desquiciado como lo es Putin, que no sólo asesina soldados, sino que toda la población civil, incluidos niños, ancianos y animales, son blanco de su odio.
Estoy seguro que la hija de Zhenia crecerá en un país libre, y un día no muy lejano sentirá mucho orgullo de su padre, que dió la vida por ella.
Hasta pronto Zhenia!
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