Lanivtsi - Región de Ternopil en el oeste de Ucrania.
Casi como en una película de espías, el 8 marzo muy temprano recibo un mensaje del "abogado" indicando que en un par de horas alguien pasaría por mí para llevarme al lugar de encuentro de donde partiría el transporte que me llevaría hasta Lanivtsi en la región de Ternopil, al oeste de Ucrania.
Grande es mi sorpresa cuando al llegar veo que en el interior del automóvil hay dos personas acompañadas de dos gatos, y que además no había espacio para mi maleta, por lo que tuve que irme con lo puesto.
En el automóvil viajábamos cuatro hombres, tres gatos y un perro, nos esperaba un viaje largo, con muchas detenciones en puestos militares de control, largas filas, frío y la incomodidad dentro del pequeño Audi donde yo iba en el asiento del copiloto con mi perro y mi gato.
Al anochecer del primer día de viaje decidimos pasar la noche en un hotel de carretera en la ciudad de Vinytsia, ya que viajar de noche no era lo más seguro. Ya instalados en el hotel, me llevo la segunda sorpresa, el auto en el que viajo no tiene como destino la región de Ternopil, sino la región de Ivano Frakivsk, ubicada el sudoeste de Ucrania, y desde allí debería buscar otro transporte hacia Ternopil.
Tarde esa noche, "el abogado", que parece tener los contactos correctos en Ucrania, me consigue un transporte que me recogerá del hotel por la mañana y me llevará directo a Lanivtsi, donde mi amiga y su familia esperan a su primer refugiado de guerra.
Tuve la buena suerte de contar con excelentes compañeros de viaje, gente muy tranquila y amable, como lo es la mayoría de la gente ucraniana. Por la noche en el hotel, compartimos una cena casera en la habitación, acompañada de un buen coñac para entrar en calor y relajar nuestro sistema nervioso central, que ya venía bastante estresado desde el comienzo de la guerra.
Por la mañana, me despido de mis compañeros de viaje, sabiendo que tal vez nunca más los vuelva a ver o a saber algo de ellos, pero que a su vez, estarán en mis recuerdos hasta el último día de mi vida.
Después de 6 horas más de viaje por caminos rurales, llego a Lanivtsi, un hermoso pueblo, típico del oeste de Ucrania, con muchas iglesias, gente sencilla, amable, y que en los siguientes dos meses me harán sentir como en casa.
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